La descarbonización es un proceso progresivo de reducción de las emisiones de carbono a la atmósfera, imprescindible para frenar el cambio climático y lograr la neutralidad climática o cero emisiones netas en 2050.
Las emisiones de gases de efecto invernadero, principales culpables del cambio climático, se deben principalmente al dióxido de carbono emitido por las actividades que realiza el ser humano y la producción de energía. Para lograr la descarbonización es fundamental lograr la transición energética. El objetivo es reducir las emisiones en un 80-95% para 2050
Este proceso de descarbonización debe hacerse a través de un cambio de mentalidad que abarque todos los sectores de la sociedad: gobiernos, empresas y ciudadano. Las políticas institucionales deben ir acompañadas de un cambio en nuestros hábitos y formas de consumo.
Son muchas las medidas que pueden contribuir a la descarbonización, enmarcadas en tres líneas de acción:
Las estrategias para reducir las emisiones de dióxido de carbono pueden llevarse a cabo en 3 fases diferentes:
Pero hay muchísimas otras acciones que pueden ayudar a lograr la tan necesaria descarbonización, como:
En definitiva, debe crearse un marco regulatorio en la UE muy exhaustivo y fomentar un cambio de comportamiento en las empresas y la sociedad.